Impactante hallazgo: descubren un océano colosal a 700 km bajo la superficie de la Tierra

9 octubre, 2025

La hidrosfera oculta de la Tierra

Imagina un océano escondido a cientos de kilómetros bajo tus pies. No es un mito ni una leyenda, sino una realidad científica que está cambiando cómo entendemos el planeta. Este reservorio profundo amplía el mapa de nuestra hidrosfera más allá de la superficie.

Enterrado a unos 700 kilómetros, el agua no fluye como en el mar, sino que queda atrapada en una roca especial. Ese entorno extremo revela una historia larga y dinámica de intercambio entre el interior y la superficie de la Tierra.

Un hallazgo sorprendente

Investigadores rastrearon señales sísmicas y encontraron indicios de un océano subterráneo descomunal. El volumen de este depósito podría triplicar el de todos los mares superficiales juntos, una cifra que desafía cualquier expectativa. La clave está en su localización dentro de la zona de transición del manto.

El agua no está en cavidades líquidas, sino incorporada a la estructura de minerales. El protagonista es la ringwoodita, una forma densa de olivino que puede albergar moléculas de agua. Esa capacidad cristalina convierte al manto en una esponja planetaria.

La ciencia detrás del hallazgo

Para detectar esta reserva, un denso conjunto de sismógrafos analizó miles de ondas provenientes de centenares de terremotos. Cuando las ondas atraviesan material “húmedo”, su velocidad cambia de manera medible, revelando la presencia de agua. Esa firma permitió cartografiar regiones saturadas a profundidad.

Experimentos de laboratorio corroboraron que la ringwoodita puede retener agua bajo presiones enormes. La unión entre datos sísmicos y pruebas experimentales refuerza un escenario robusto: el manto alberga una vasta reserva que participa en un ciclo global del agua.

Un ciclo del agua ampliado

El agua no solo circula por nubes, ríos y océanos; también desciende con las placas y regresa a la superficie mediante volcanes. Este “circuito profundo” ayudaría a explicar la estabilidad de los mares a escalas de tiempo geológicas. Sin ese balance, la Tierra sería muy distinta.

La presencia de agua en el manto afecta la viscosidad de las rocas y facilita la fusión parcial. Ese detalle condiciona la tectónica, la actividad magmática y el flujo de calor. En suma, la hidrosfera profunda es un motor silencioso pero decisivo.

Implicaciones clave

  • Estabilidad de los océanos a largo plazo, gracias a un depósito interno que amortigua pérdidas y excesos.
  • Modulación de la tectónica de placas, al reducir la viscosidad y facilitar el magmatismo.
  • Comprensión del origen del agua terrestre, con una fracción significativa nacida en el interior.
  • Nuevos modelos del ciclo global del agua, que integren la zona de transición del manto.
  • Implicaciones para la búsqueda de vida en otros mundos, donde el agua interna pueda sostener habitabilidad.

Voces de la investigación

“Es una prueba tangible de que el agua de la Tierra provino del propio planeta”.

La afirmación, atribuida a un investigador principal, subraya la relevancia del hallazgo. Al integrar química mineral, sismología y geodinámica, la visión del ciclo del agua se vuelve más profunda y coherente.

Métodos y evidencias convergentes

Los científicos combinaron registros de más de dos mil sismógrafos con simulaciones de alta presión. Esta sinergia permitió detectar zonas donde el manto se vuelve más lento al propagarse las ondas, señal inequívoca de hidratación.

Además, inclusiones de diamantes traen pistas desde el subsuelo, atrapando minerales formados a grandes profundidades. Esas muestras confirman que la ringwoodita puede retener agua en condiciones extremas.

Lo que aún no sabemos

Quedan preguntas sobre la distribución exacta de este océano profundo y su variación regional. ¿Es continuo o forma parches en la zona de transición? Resolverlo exigirá más datos y modelos finos.

También falta precisar cuánta agua asciende por volcanismo y cuánta se recicla por subducción. Ese balance definirá la historia hídrica del planeta y su clima profundo.

Próximos pasos

Redes sísmicas globales, tomografía de mayor resolución y experimentos en celdas de diamante serán cruciales. Con mejores mapas, veremos cómo cambia el contenido de agua en el manto y qué procesos lo gobiernan.

Este descubrimiento no solo reescribe la geología interna, sino que invita a repensar la relación entre la vida, los océanos y el corazón dinámico de la Tierra. El planeta guarda aún secretos azules en su interior más profundo.

Mateo Ríos

Mateo Ríos

Me llamo Mateo Ríos y soy redactor en Santa Fe Canal, apasionado por el cine independiente y las series que rompen esquemas. Estudié Comunicación Social en la UNL y desde entonces no he parado de contar historias. Creo que una buena crítica puede hacerte ver una película con otros ojos.

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