Gastó 14.000 € para convertirse en perro: el japonés más viral inicia la etapa más sorprendente de su nueva vida

5 octubre, 2025

Un sueño que tomó forma

El japonés conocido como Toco invirtió 14.000 euros en un traje hiperrealista de collie. Con esa decisión, convirtió un deseo íntimo en una práctica cotidiana y visible para todos.

Desde entonces documenta sus aventuras en YouTube, donde su vida “perruna” ha ganado seguidores. En marzo, incluso compró una jaula de gran tamaño para dormir y hacer más verosímil su experiencia.

Primeros paseos y nuevas rutinas

El primer paseo con correa fue un punto de inflexión, tanto por la atención pública como por la logística del disfraz. Caminar, sentarse o jugar exige coordinación y paciencia, porque la movilidad es limitada.

El parque se volvió su refugio, donde mide reacciones, observa animales reales y prueba gestos caninos. Todo está pensado para lograr una ilusión coherente sin dejar de respetar a quienes lo rodean.

Amistades de cuatro patas

En su video titulado “Quiero ser un animal”, Toco aparece olfateando a otros perros y estableciendo contacto en un parque. La curiosidad de los viandantes se mezcla con la simpatía, mientras él cuida cada interacción.

Los canes responden con cautela, pero también con interés, como harían ante cualquier figura nueva. Esa aceptación básica refuerza su motivación y le permite avanzar en su singular proyecto.

Toco interactuando con perros

Entre pasión y pudor

Pese a la notoriedad, Toco protege su anonimato por miedo al juicio social y laboral. “No quiero que mis hobbies sean conocidos”, ha repetido en entrevistas a medios británicos.

Siente que la crítica puede reducir su búsqueda a una simple extravagancia. En su entorno más cercano, comparte lo justo, mientras gana autoestima paso a paso.

De qué va realmente esta historia

La propuesta no se limita a un disfraz costoso, sino a una exploración de identidad y juego. Toco interpela las fronteras entre lo humano, lo animal y lo performativo, en tiempos de redes sociales.

Su caso reúne elementos de fantasía personal, cultura fan y performance, siempre en negociación con la mirada ajena. La clave está en cómo convierte una afición privada en relato público, sin perderse a mismo.

Lo que nos recuerda su viaje

  • La pasión requiere constancia y cierta tolerancia al ridículo.
  • El consentimiento y el respeto son centrales en cualquier performance.
  • La tecnología permite fabricar cuerpos posibles para nuevas identidades.
  • Hay líneas entre lo lúdico y lo clínico que conviene observar con cuidado.
  • La comunidad puede ser un aliado para sostener procesos creativos.

Ética del juego y límites claros

El éxito de Toco reside en su prudencia: evita incomodar a personas y animales, y mantiene un marco seguro. Un pasatiempo que involucra al espacio público exige normas, límites y escucha activa.

Este tipo de prácticas invitan a discutir sobre empatía, consentimiento y diversidad de expresiones. No todo el mundo lo entenderá, pero la convivencia nace de la curiosidad y el respeto mutuo.

Una narrativa en construcción

Cada salida con correa consolida una rutina que antes parecía imposible. Encontrar “amigos perrunos” ha sido un paso simbólico y afectivo, que mantiene viva su determinación.

Quizá mañana incorpore nuevas pruebas, como entrenamiento básico, juegos de olfato o obediencia. Lo esencial será sostener la coherencia entre fantasía personal y cuidado de su entorno real.

Entre la risa y la reflexión

El fenómeno provoca risas, asombro y debates sobre autenticidad y libertad. Allí donde otros ven una broma cara, Toco afirma un proyecto íntimo con disciplina y serenidad.

“Ser otro” por unas horas puede ser una vía de autoconocimiento tan válida como cualquier arte. Y si algo deja claro su historia, es que la imaginación necesita coraje para salir a pasear con dignidad.

Mateo Ríos

Mateo Ríos

Me llamo Mateo Ríos y soy redactor en Santa Fe Canal, apasionado por el cine independiente y las series que rompen esquemas. Estudié Comunicación Social en la UNL y desde entonces no he parado de contar historias. Creo que una buena crítica puede hacerte ver una película con otros ojos.

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