La noticia corrió como un murmullo entre viñedos: el ramal que muchos daban por perdido volverá a respirar. Tres décadas de polvo, maleza y silencio no pudieron con la memoria de los pueblos que crecieron a la vera del riel, ni con el deseo de ver pasar otra vez el tren al pie de la cordillera. Hay una mezcla de nostalgia y de expectativa, una sensación de que algo íntimo vuelve a su lugar.
Un regreso largamente esperado
Durante años, el trazado fue un fantasma: durmientes podridos, estaciones tapiadas, puentes con el metal rendido por el óxido. Hoy, cuadrillas de obreros levantan la grava y marcan con pintura fresca el camino, mientras los vecinos se asoman con termos y cámaras.
“Lo que vuelve no es solo el servicio, vuelve una manera de estar en comunidad”, dice Marta, vecina de una pequeña estación que guardó su reloj detenido a las 5:17. Su frase condensa una certeza: el ferrocarril no transporta únicamente personas; mueve tiempos.
Obras y etapas clave
El plan de recuperación es quirúrgico: limpieza de la traza, rectificación de curvas críticas, reforzado de puentes y recambio total de durmientes en tramos con hundimientos. Las cuadrillas avanzan por sectores, cuidando piezas que se incorporarán como patrimonio a los nuevos andenes y museos de sitio.
La reactivación se organiza en dos fases. Primero, circulación técnica con máquinas de mantenimiento, pruebas de carga y calibración de señales. Luego, un servicio piloto con frecuencias reducidas, paradas en estaciones claves y monitoreo de la demanda real en horas de pico.
“Cada metro que despejamos cuenta una historia”, comenta un ingeniero con casco gastado y carpeta de planos. “La línea vuelve con estándares del siglo XXI, pero con el pulso de su origen”.
Impacto económico y social
La reactivación no es un gesto romántico: busca reordenar flujos de personas y cargas, abaratando costos logísticos y descongestionando rutas que hoy se saturan con camiones. Para la economía regional, el tren promete dar aire a las pymes y a las bodegas que necesitan mover insumos y botellas con menor huella de carbono.
“Un tren estable significa más previsibilidad”, asegura Ana, empresaria vitivinícola que ve en los furgones refrigerados una oportunidad para exportaciones de nicho. El turismo también espera su efecto dominó: estaciones vivas, ciclovías paralelas, cartelería interpretativa y nuevos circuitos de fin de semana.
En lo social, el acceso ferroviario puede recoser barrios y achicar brechas de movilidad. Una estación bien iluminada y con presencia constante cambia la percepción de seguridad, reactiva el comercio de cercanía y revaloriza el entorno.
- Beneficios inmediatos: menores tiempos puerta a puerta en hora pico, tarifas más previsibles que el combustible, mejor integración entre localidades y oferta cultural en estaciones renovadas.
Cómo se comparan las opciones de viaje
La discusión no es tren contra ruta, sino cómo combinar modos para un sistema más inteligente. Este cuadro sintetiza diferencias que la ciudadanía ya mira con lupa y expectativa:
| Opción | Tiempo estimado en hora pico | Costo por pasajero | Emisiones por km | Capacidad por servicio | Regularidad |
|---|---|---|---|---|---|
| Tren rehabilitado | Media-baja | Baja | Baja | Alta | Alta |
| Ómnibus interurbano | Media-alta | Media | Media | Media | Media |
| Auto particular | Alta | Alta | Alta | Baja | Variable |
El cuadro no cierra la discusión, pero ilumina un rumbo: mover más gente con menos recursos y menos emisiones es posible si el sistema se coordina con inteligencia.
Patrimonio, paisaje y cultura
Donde hubo silencio, vuelven los silbatos. Las estaciones recuperadas serán pequeñas plazas cívicas, espacios para ferias, bibliotecas y talleres donde el boleto conviva con la guitarra. La traza, a la par de acequias centenarias, bordea viñas y álamos que crujen con el viento, una postal que promete atraer cámaras y cuadernos.
Los pueblos del corredor no quieren una postal congelada, sino un patrimonio vivo. “Que el tren pase y nos deje algo más que pasajeros”, pide un docente que propone un aula itinerante sobre agua, clima y oficios ferroviarios, a bordo de un coche adaptado y con guías locales.
Lo que viene después del primer viaje
El desafío será sostener el servicio en el tiempo, con mantenimiento previsible y gobernanza clara. Tarifas transparentes, datos abiertos y participación ciudadana pueden blindar el proyecto ante vaivenes políticos. También habrá que tejer horarios con el transporte urbano, bicisendas y estacionamientos de intercambio.
Más allá de los cronogramas, la reapertura interpela una identidad. En una región donde el agua se administra con precisión de relojero, recuperar una infraestructura capaz de unir valle y montaña es casi una lección de equilibrio. El tren que vuelve no es el de ayer, pero trae la misma promesa: acercar distancias con un latido de acero y un paisaje que siempre estuvo esperando.
Y dónde está la estación, no creen que sería importante saberlo?
Yyy..? Cual es la estación que reabre????
Ningún nombre ni ubicación.. pésima nota
Muy lindo…. oero ¿dónde es esi?
Que lindo sería saber donde queda esa vieja estación
Que manga de salames los que hicieron esta nota
Una Payasada la nota. No sé sabe ni qué ramal es, ni de dónde a dónde, sólo una nota escrita por un nostálgico. Termina la nota sin dar ni siquiera detalles de dónde a dónde será el recorrido. LAMENTABLE
Mamita,quién será el astuto de la nota,habría que sumarlo en los programas truchos y de bajo calibre como los de Rial,Pamela David, y un montón de etcéteras,soy de Mendoza y ni enterado,por lo menos para ir a tomar unos mates, Dios nos libre,perdónalos, no saben lo que hacen.
Yo vivo en Mendoza hice varios viajes a Buenos Aires en el tren hace mas de 40 años
Era hermoso. Hoy no creo que vuelva nuevamente. Las vías del tren a Buenos Aires prácticamente las han eliminado.
Que ciudad es ?
Hola, muy bueno el artículo, pero cuál es la localidad?
Leí el artículo dos veces para poder saber de qué localidad estaban hablando. Es como hablar de las bondades de una receta determinada y no decir qué elementos e ingredientes lleva…