Lionel Scaloni: Santafesino, de Pujato a la cima del fútbol mundial

“Todos querrían estar en mi lugar”, dijo cuando Argentina avanzó a la final, pero no es cierto. Pocos hubieran soportado las críticas al inicio de su ciclo, pocos se hubieran mantenido y a la vez arrancado a consolidar un grupo de trabajo en un grupo humano maravilloso.

Pero él pudo. Él ama lo que hace. Ama la Selección y lo deja siempre en claro: “Esto que sentimos es inigualable”.

Siempre supo que para llevar donde llevó a los argentinos, había que cuidar cada detalle. Siempre lo transmitió. Y los jugadores lo sintieron. El propio Messi dijo que “este cuerpo técnico no deja nada al azar”.

Scaloni se rodeó de un grupo de asistentes que también lo sabían. Que conocían la celeste y blanca, pero fundamentalmente sabían, igual que él, que tenían atrás el sentimiento de un país. Los Aimar, los Samuel y los Ayala.

Cuando dijo “este equipo juega para la gente”, no era una frase hecha para convencer o convencerse. Era lo que él siempre quiso transmitir, trabajar en conjunto, formar un buen grupo humano con talento y entender el sentimiento popular.

Entender que había que intentar jugar bien, intentar comprometerse al 100%, pero fundamentalmente formar un equipo que entendiera eso. Que entiendan que así había más chances de llegar a lo más alto.