Armstrong y Las Parejas, las dos ciudades santafesinas que componen el corazón de la agroindustria en Argentina
Con toda su producción comprometida hasta bien entrado el 2022, las 147 plantas generan el 20% del trabajo local (unos 3.500 empleos) y un gran número de talleres y galpones que se multiplican en la trama urbana.
Por la mejora de los precios internacionales de los cereales y ante la imposibilidad de acceder a los dólares, en el 2021 los productores se volcaron masivamente a la compra de maquinaria agrícola. La demanda, directamente, superó a la oferta. Muchas agotaron su stock para lo que queda del año y tuvieron que incorporar dotaciones de personal.
El último informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) indica que durante el primer semestre la producción de maquinarias en el país resultó un 124,5% superior a la registrada hace dos años. Para el gobierno, el sector es una de las banderas de la reactivación económica. El documento dio cuenta del impacto en el empleo planteando que en este período de bonanza se generaron 2.200 nuevos puestos de trabajo, lo que representa un crecimiento del 4,5% respecto a 2019.
Entre los empresarios hay confianza que el repunte no quede solo allí. Una de las claves para lograr ese objetivo es que se apruebe en el Congreso la ley de maquinaria agrícola, que básicamente definiría qué es un producto nacional en función al porcentaje máximo de piezas importadas que puede tener un equipo. Ello permitiría darle más músculo a las fábricas argentinas frente a las multinacionales que fueron ganando terreno con el paso del tiempo.
El proyecto define que "todo régimen fiscal, financiero y/o promocional del Gobierno Nacional a ser aplicado a la compra-venta de maquinaria agrícola con tasas y/o condiciones especiales (...) deberá ser solamente aplicado a los productos nacionales". El impuesto de los argentinos tiene que usarse para la generación de empleo en el país.