Tras ser atacada y abusada la militante de H.I.J.O.S. contó lo sucedido en primera persona.

El pasado 5 de marzo, Sabrina Bölke, militante de H.I.J.O.S. fue atacada en su domicilio por dos hombres que la maniataron, golpearon, la amenazaron de muerte con armas de fuego y abusaron sexualmente. 

En una entrevista telefónica con el medio porteño “El Destape El Mundo 1070”, la militante de la agrupación H.I.J.O.S. contó en detalle que esa noche a las 8:15 “cuando llegué a mi casa y abrí la puerta había dos personas esperándome, me tomaron por la espalda y por el cuello, me redujeron, me insultaron y me golpearon”.

“Estuvieron torturándome entre 15 y 20 minutos luego me ataron con alambres, me apuntaron con armas y me amenazaban que me iban a matar”, dijo Sabrina, claramente conmovida por la experiencia que había vivido, pero con la fortaleza de poder dejar testimonio.   

Los delincuentes no solo ultrajaron a la joven, también rompieron el mobiliario de la casa y escribieron pintadas que rezaban “VLLC ñoquis”, cuyas siglas se traducen en Viva La Libertad Carajo. En tal sentido Bölke detalló que "volviendo a mi casa del Hospital Pirovano encuentro la pintada en mi habitación. Ellos estuvieron dentro del departamento mucho tiempo porque cuando nosotros volvimos vimos que habían roto cosas". 

Sin entrar en detalles la joven militante con la voz entrecortada contó que los atacantes “me dijeron que venían a matarme. Desde ese momento hasta ahora tengo una sensación y un estado de shock. Todavía estoy tratando de entender qué es lo que pasó”.

“Mi vida quedó suspendida” 

Asustada, tratando de entender “por qué me buscaron a mi” la joven manifestó que no encontraba razón por la cual la atacaron, les dijo que era una laburante, que viaja en colectivo y no tenía cosas de valor, sin embargo allí fue cuando los malvivientes le aclararon: “nosotros sabemos todo de vos, dónde trabajas, estás con los de derechos humanos. Nosotros no vinimos a robarte, venimos a matarte”.

Desde ese 5 de marzo no pudo volver a ser la misma persona, reencontrarse con su esencia y en medio de sus declaraciones pidió perdón “a mis amigos, amigas, compañeras y compañeros de trabajo, de la vida, porque estoy alejada de ellos. Trato de recuperar una vida normal”,

“Sí, abusaron sexualmente de mí, es algo que me duele y no quiero hablar acerca de eso”.

Sin ánimo de entrar en detalles sobre lo sucedido respecto del abuso sufrido, la militante de H.I.J.O.S. eligió reflexionar que “creo que lo que tenemos que debatir es que lo que pasó esta mal, podemos pensar diferente, de eso se trata la democracia. Lo que pasó está mal, tiene que ver con lo humano, en mi militancia jamás luche para que los genocidas sufran al igual que los que sufrieron nuestros viejos. Al contrario, pedimos justicia, en el marco de los límites de la democracia”.