Identificaron enfermedades óseas en fósiles de toxodontes
Especialistas del CONICET detectaron patologías en restos hallados en Corrientes, que ayudan a entender cómo fue la vida de esto animales prehistóricos y permiten acercarse a un mejor conocimiento sobre el desarrollo de este tipo de afecciones en mamíferos de la actualidad.
Un nuevo estudio de especialistas en Paleontología del CONICET realizado en Corrientes logró identificar enfermedades óseas que afectaron a los megamamíferos que habitaron la región. Los resultados ayudan a entender cómo fue la vida de esos animales y el tipo de enfermedades que los afectaron.
La investigación fue realizada por miembros del Laboratorio de Evolución de Vertebrados y Ambientes Cenozoicos del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE), en colaboración con equipos de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), de Brasil y el Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Los resultados fueron publicados en el Journal of Quaternary Science.
Para este estudio, el equipo analizó restos fósiles de dos ejemplares toxodontes que fueron hallados en los arroyos Riachuelo y Santa Lucía, en la provincia de Corrientes. Después de someterlos a diversos análisis, los especialistas concluyeron en que habían sido afectados por espondiloartropatías y osteomielitis.
El toxodonte (Toxodon platensis Owen) es uno de los mamíferos fósiles más abundantes del periodo Cuaternario de la región nordeste de Argentina. Eran animales morfológicamente similares a los hipopótamos o los rinocerontes, que podían alcanzar unos tres metros de largo y pesar cerca de dos toneladas.
“Este tipo de estudios nos permiten saber qué enfermedades afectaron a los megamamíferos, que es un tema bastante discutido en el ámbito de la Paleontología en toda Sudamérica, con distintas hipótesis respecto a qué influencia podrían haber tenido en su extinción”, explica el técnico principal de la Carrera del Personal de Apoyo del CONICET y primer autor del trabajo, Carlos Alberto Luna. Según detalla, algunas teorías sostienen que las enfermedades que afectaron a estos animales podrían haber estado relacionadas con su gran masa corporal, mientras que otras sostienen que podrían haber sido causadas por determinados tipos de patógenos que habrían llegado al continente después del intercambio faunístico americano, evento que permitió el ingreso de un gran número de especies provenientes de América del Norte.
Los resultados de esta investigación, explica Luna, también permiten ampliar el conocimiento de las patologías óseas de los ungulados en general, que es muy escaso respecto a otros grupos de megamamíferos. “Nuestra intención es seguir haciendo este tipo de estudios exploratorios para ampliar la perspectivas en aspectos paleobiológicos o paleoecológicos, así como también avanzar en estudios descriptivos de que nos permitan seguir reuniendo evidencia para poder entender cómo fue el pasado de la fauna que habitó nuestra región”, señala.
“Los resultados de esta investigación son muy interesantes porque nos sugieren todo un posible abanico de enfermedades que afectaron en vida a estos animales, que eran muy abundantes en esta región”, agrega otro de los autores del estudio, el investigador del CONICET en el CECOAL, Alfredo Zurita.
Paleontología y conservación
Los investigaciones en Paleontología no sólo son útiles para conocer el pasado o el camino evolutivo que tuvieron las especies. Según explican los integrantes del Laboratorio de Evolución de Vertebrados y Ambientes Cenozoicos del CECOAL, estas investigaciones pueden aportar elementos interesantes para comprender aspectos referentes a la conservación de las especies.
“Lo que siempre buscamos en los fósiles es encontrar rasgos que nos permitan saber cómo puede llegar a ser el desarrollo en el tiempo de determinadas patologias en los mamíferos en la actualidad. Conocer más sobre las enfermedades óseas que afectaron a la megafauna de nuestra región es importante porque el conocimiento que hay sobre ese tema en la fauna nativa es muy escaso y podrían tener puntos en común”, explica Carlos Luna.
En ese sentido, destaca que están desarrollando trabajos en colaboración con otros grupos del CECOAL, como el de la Estación Biológica Corrientes, que se dedican a la conservación de la fauna local. “La relación es bidireccional y nos da herramientas para avanzar en el conocimiento de la fauna de la región, tanto en la actualidad como en el pasado”, finaliza.
Fuente: Conicet